miércoles, 28 de octubre de 2009

Homenaje

¿Esto les suena a una historia de amor? ¿El amor deja de ser amor según como termine la historia?

Quizá podría ser así, aunque los finales nunca alcanzan para borrar la historia; lo más común es que la fijen.
La historia de los Beatles fue siempre de algún modo más grande que los Beatles como banda e individualmente: fue la historia de una época, de una generación que buscaba nuevas posibilidades. Fue la historia de lo que ocurre cuando esas posibilidades se materializan, y de lo que sucede cuando las mejores esperanzas se desintegran. Si, fue una historia de amor, y el amor casi nunca es sencillo. Porque por mas que los Beatles se hayan amado a si mismos como grupo, el mundo que los rodeaba los amo más. Ese amor fue lo que, más que ninguna otra cosa elevó a los Beatles, pero también lo que los hizo sentirse encerrados, hasta el punto de no poder soportarlo. John Lennon, en particular, sintió que tenia que acabar con ese amor y a Paul Mccartney, en particular, le dolió enormemente verlo desaparecer. Sin embargo una vez que aquello sucedió, ya no había vuelta atrás. Lo que nos queda de ese amor, cada uno de sus maravillosos frutos, nos sigue acompañando; pero las personas que lo hicieron posible también lo destruyeron, y nunca terminaron de recuperarse por completo de aquella experiencia. “Fue hace tanto tiempo”, dijo años mas tarde Harrison. “A veces me pregunto si realmente estuve ahí, si no habrá sido todo un sueño.”


Los cuatro estuvieron ahí y todo fue un sueño. Nos elevó, nos rompió el corazón y aún continúa: y quizá nunca nada semejante vuelva a transformar una época.

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