jueves, 29 de octubre de 2009

..."Es sólo que ya estoy más que harto de la gente sin imaginación. De ese tipo de gente que T.S Elliot llama hombres huecos. Personas que suplen su falta de imaginación, esa parte vacía, con filfa insensible y que van por el mundo sin percatarse de ello. Personas que intentan imponer a la fuerza a los demás esa insensibilidad solando, una tras otra, palabras huecas. Personas, en definitiva, como esa pareja de antes. Sean gays, lesbianas, heterosexuales, feministas, cerdos fascistas, comunistas, Hare Krishnas. A mí tanto me da. A mí no me importa la bandera que enarbolen. Lo que yo no puedo soportar es a esos tipos huecos.
No puedo controlarme, ese es mi punto débil ¿sabes porqué?
-¿ Porque si te tomaras en serio a cada una de las personas sin imaginación que se te pusieran delante no darías abasto?
- Exacto. Sujetos estrechos de mras, intolerantes y sin imaginación. Tesis desconectadas de la realidad, terminología vacía, ideales usurpados, sistemas inflexibles. Son estas cosas las que a mí, realmente, me dan miedo. Son estas cosas las que temo y odio con todo mi corazón. Es importante saber qué es correcto y qué no lo es, por supuesto. Sin embargo, los errores de juicio personales pueden corregirse en la mayoría de los casos. Si uno tiene la valentía de reconocer su error , las cosas, generalmente, se pueden arreglar. Pero la estrechez de miras y la intolerancia de la gente sin imaginación son igual que parásitos. Provocan cambios en el cuerp que les acoge y, mudando de forma, se reproducen hasta el infinito. Y eso no hay manera de detenerlo."

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