Acostumbrada a ir en contra de la corriente aprendí a crear mi propio mundo.
Aprendí a pensar en soledad y a estar de acuerdo conmigo misma, conseguí la paz interior.
Aprendí a cosechar conocimientos y a construir mi propia experiencia.
Aprendí a ser fuerte y no llevar las cosas a un extremo. Controlé todos mis sentimientos.
Y fue así como poco a poco me fui quedando sola, con mis pensamientos e ideas, con mi conciencia y sufrimiento.
Ahogada en un vaso de agua, que con el tiempo lo fui llenando y llenando de soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario